Es más económico facturar electrónicamente, según un estudio realizado por el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias, CIAT. Los ahorros pueden representar hasta un 80% de los gastos con respecto a la gestión de las facturas en papel.
Facilita las transacciones entre los empresarios y mejora el relacionamiento en aspectos como la reducción de costos de envío y la recepción de facturas, así como el seguimiento del estatus de la transacción.
Centraliza y automatiza la recepción de facturas a través de procesos electrónicos que ahorran tiempo y costos y al mismo tiempo evitan errores e inconvenientes.
Mejora la gestión de cartera al poder hacer seguimiento a cada documento y a los diferentes hitos como: la recepción, rechazo o aceptación; además brinda la posibilidad de obtener reportes y alertas permanentes.
Simplifica la gestión documental de archivo, recuperación y mantenimiento de los documentos al estar siempre disponibles en línea, en formato electrónico y con pleno valor probatorio.
Al ser validada por la DIAN, se garantiza que cumple con los requisitos necesarios para tener efectos fiscales, para el facturador y sus clientes.
Permite que la DIAN pueda mejorar los servicios a los contribuyentes como en el caso de las devoluciones de impuestos.
Es amigable con el medio ambiente, al disminuir el uso del papel.
Mejora la competitividad del país.